Nuestros consejos para un hogar sostenible,
hacer la transición energética desde casa y ahorrar.
El uso de la energía en el hogar es muy importante para disfrutar de bienestar y confort. Hay que hacer un buen uso de la energía, tanto por el ahorro económico que puede representar, como por la salud del planeta, a menos consumo menos producción. Debes tener en cuenta que la energía más limpia es aquella que no se produce.
El kWh es proporcional al uso que hacemos de la electricidad en casa: es la suma de nuestras decisiones. Encender la luz, poner una lavadora, poner música o poner en marcha el lavavajillas medio vacío. A esta suma de tiempo en funcionamiento de los aparatos la llamamos consumo de energía y la medimos con el kilovatio hora (kWh). En este punto, hay que sumar los equipos electrodomésticos que, como la nevera, están siempre conectados, y otros que se ponen en marcha y se paran solos, como los termos eléctricos.
Tener bien ajustada la potencia contratada es muy importante. La cantidad de equipos que simultáneamente podemos poner en marcha en nuestro hogar es el otro factor que compone la factura eléctrica. Este se llama potencia y se mide en kW. Es un importe diario fijo? por kW contratado que siempre se abona, tanto si estamos como si no, pues es el precio del acceso a la red para tu hogar.
Asegúrate de que tu potencia contratada:
No está sobredimensionada. Es decir, de si tienes contratada más potencia de la que necesitas.
No está infradimensionada. Porque sufrirás una desconexiónes de las protecciones que nos limitan la llamada “potencia contratada”. Es decir, te ‘saltará la luz’.
¿Sabías que una hora de horno eléctrico equivale, aproximadamente, a 100 horas de ordenador? Es bueno conocer y tener una referencia del coste de las decisiones que tomamos, a la hora de utilizar la energía de casa.
Equipos de alto consumo.
Suelen ser de la ‘familia’ de los que calientan, como: el termo eléctrico, la cocina eléctrica, el horno, el lavavajillas, la secadora, lavadora, la estufa eléctrica, etc.
Equipos de consumo medio.
Suelen ser los que llevan motores como: la aspiradora, la lavadora (agua fría), los robots de limpieza, la nevera, el aire acondicionado (bomba de calor), la iluminación convencional.
Equipos de bajo consumo.
Como son los equipos electrónicos, la televisión, los móviles, las consolas de juego, la iluminación LED.
Es donde suelen estar los equipos de alto consumo. Recomendamos que sean eficientes (tipo A), pues funcionan muchas horas y deberán tener años de duración.
Cocina eléctrica. Apagar los fuegos minutos antes de acabar una cocción; el calor remanente terminará de hacer la comida y habremos ahorrado.
Calentamiento. Tapar los botes y ollas que tengan líquidos en proceso de calentamiento, a fin de que lleguen antes a su ebullición y se evite evaporación y la pérdida de energía.
Horno. Hacer un uso racional del horno racional, controlando la temperatura y el tiempo. Evita abrir a menudo la puerta del horno para controlar la cocción.
Lavavajillas. Úsalo lleno o prioriza los programas de bajo consumo.
Nevera. No es necesario siempre tenerla a la misma temperatura, el en verano y en invierno pueden hacerse variaciones que mejoran el consumo.
La Climatización eléctrica. El consumo está ligado al buen aislamiento de la vivienda, los cierres y a la orientación de la casa. La climatización podemos decir que tiene mucha inercia, es decir que cuesta calentar o enfriar para llegar a la temperatura deseada. Por lo tanto, hay que procurar evitar la improvisación. Es conveniente poner un programador horario que la regule en función del confort interno que se desee. Recomendamos los programadores inteligentes que comparan los valores con la evolución de la temperatura exterior. En la climatización, el ideal a conseguir es evitar los picos de calor o frío, que en ciertos momentos nosotros mismos provocamos al poner los equipos a la máxima potencia para “calentar rápido” y entonces olvidamos la regulación y, en muchos casos, incluso acabamos teniendo calor o frío.
Las estufas portátiles o calefactores. Se merecen un comentario aparte. Son útiles y nos aportan confort en función de la relación entre el volumen del espacio a calentar y el tiempo necesario en hacerlo. Por ejemplo, calentar el baño para hacer una ducha rápida.
En aquellos casos en que la estufa eléctrica debe estar muchas horas en marcha, recomendamos buscar otra solución de climatización, como son las bombas de calor y, en general, acompañarlo de un buen aislamiento del espacio.
La iluminación. No es muy importante su consumo en el total general de la casa, pero son muchas horas de funcionamiento. Te recomendamos ir pasando progresivamente a iluminación led en cada renovación de lámparas. Hay que priorizar las de más horas de funcionamiento.
Equipos de limpieza: la lavadora y la secadora. Son equipos de alto consumo. Te recomendamos comprarlas de grados de eficiencia altos (A). Aunque no lo parezca, el coste de compra se amortiza en el ahorro que haces en cada uso. La lavadora lo es más según la temperatura del agua y tiempo del programa. La secadora, mejor si la compras de condensación y con sistemas inteligentes de control de la temperatura interior. El factor tiempo también es importante.
Equipos electrónicos. Aunque son de bajo consumo, casi siempre están conectados o en “stand by”. No debe preocuparnos su consumo, pero ¡también te proponemos consejos para que puedas ahorrar!
Otros electrodomésticos. Secador de pelo, tostadoras, cafeteras eléctricas, microondas, son equipos en general de alto consumo y de poca duración. Pero cada día se utilizan varias veces, por lo tanto, al final también tienen su peso en el cómputo total energético y de coste. En este caso debemos hacer un uso racional en tiempo y potencia.